Los orígenes de la Revolución Francesa
Imagínate vivir en un país donde tu futuro dependía completamente de la familia en la que nacieras. Así era Francia antes de 1789, y precisamente esa desigualdad brutal fue una de las principales causas que desencadenó la revolución más famosa de la historia.
La sociedad francesa estaba dividida en tres estados muy desiguales. El primer estado era el clero, el segundo la nobleza, y el tercero incluía a todos los demás: desde campesinos hasta burgueses ricos. Lo injusto era que los dos primeros estados, siendo minoría, tenían todos los privilegios y no pagaban impuestos.
La crisis financiera también jugó un papel clave. Francia estaba arruinada por las guerras y los gastos excesivos de la corte de Versalles. Mientras el pueblo pasaba hambre, la nobleza vivía en el lujo más absoluto.
Dato curioso: Las ideas de la Ilustración de filósofos como Voltaire y Rousseau se extendieron como la pólvora, cuestionando por primera vez la autoridad divina de los reyes y promoviendo conceptos revolucionarios como la igualdad y la libertad.