La física cuántica y la física clásica representan dos formas fundamentalmente diferentes de entender el comportamiento del universo a distintas escalas. Mientras la física newtoniana describe el mundo macroscópico que podemos observar directamente, la mecánica cuántica explica los fenómenos a nivel subatómico que desafían nuestra intuición cotidiana.
Los modelos atómicos han evolucionado significativamente a lo largo de la historia, desde las primeras concepciones del modelo atómico de Demócrito hasta el sofisticado modelo mecánico cuántico actual. El modelo atómico de Thomson propuso la existencia de electrones en una masa positiva, mientras que posteriores desarrollos llevaron a una comprensión más profunda de la estructura atómica. La evolución de estos modelos atómicos cronológicamente refleja cómo la ciencia ha refinado nuestra comprensión de la materia a nivel fundamental.
Un concepto crucial en el desarrollo de la física cuántica fue la radiación del cuerpo negro explicación sencilla, que llevó a Max Planck a formular la Ley de Planck. Esta ley, junto con la Ley de Wien y la Ley de Stefan-Boltzmann, describe cómo los objetos emiten radiación electromagnética en función de su temperatura. El Sol es un cuerpo negro casi perfecto, ejemplificando estos principios físicos. La ley de Rayleigh-Jeans intentó explicar este fenómeno desde la física clásica, pero falló en altas frecuencias, lo que llevó al desarrollo de los principios de la mecánica cuántica. Estos descubrimientos fundamentales establecieron las bases para nuestra comprensión moderna de la física a escala atómica y subatómica, donde los fenómenos cuánticos desafían nuestra intuición clásica y requieren nuevos marcos conceptuales para su comprensión.