Historia y fundamentos de la electricidad
Los antiguos griegos ya sabían que frotar ámbar producía fuerzas misteriosas de atracción. En el siglo XVI, William Gilbert llamó "eléctricos" a todos los materiales que se comportaban como el ámbar, dando origen al término que usamos hoy.
Benjamin Franklin fue quien introdujo los conceptos de cargas positivas y negativas que manejamos ahora. Más tarde, el descubrimiento del electrón por Thomson en 1897 revolucionó nuestra comprensión de la electricidad.
La carga eléctrica tiene características fascinantes que debes conocer. Puede ser positiva o negativa (las opuestas se atraen, las iguales se repelen), siempre se conserva (no se crea ni se destruye), y está cuantizada en múltiplos de la carga del electrón: Q = Ne.
💡 Dato curioso: Un cuerpo está cargado positivamente cuando ha perdido electrones, y negativamente cuando los ha ganado. ¡Es al revés de lo que mucha gente piensa!
La unidad de carga es el culombio (C), definido como la carga que pasa por un conductor en un segundo cuando circula una corriente de 1 amperio.
La Ley de Coulomb: fuerzas entre cargas
Charles Coulomb descubrió en 1785 la ley fundamental que gobierna las fuerzas eléctricas. Su famosa Ley de Coulomb establece que dos cargas se atraen o repelen con una fuerza proporcional al producto de sus cargas e inversamente proporcional al cuadrado de la distancia entre ellas.
La fórmula matemática es: Fe = K · (Q·q)/d², donde K ≈ 9×10⁹ N·m²/C². Esta constante representa la fuerza entre dos cargas de 1 culombio separadas 1 metro.
Es crucial entender el principio de superposición: cuando tienes varias cargas, la fuerza total sobre una de ellas es la suma vectorial de todas las fuerzas individuales. Esto significa que puedes calcular cada fuerza por separado y luego sumarlas.
💡 Truco para exámenes: Recuerda que las fuerzas siempre actúan en pares (tercera ley de Newton), tienen igual módulo pero sentidos opuestos.