Oraciones Pasivas e Impersonales
Imagínate que eres el director de una película: puedes elegir si el protagonista hace la acción o si la recibe. Eso mismo pasa con las oraciones pasivas y activas.
En las oraciones activas, el sujeto es quien realiza la acción (como "María preparó la cena"). En cambio, en las oraciones pasivas, el sujeto recibe la acción (como "La cena fue preparada por María"). El truco está en que solo los verbos transitivos pueden convertirse en pasiva.
Tienes dos formas de crear oraciones pasivas. La pasiva perifrástica usa el verbo ser + participio ("El libro fue leído"). La pasiva refleja usa "se" + verbo que concuerda con el sujeto ("Se venden casas"). Esta segunda es más común en español cotidiano.
Las oraciones impersonales son diferentes: no tienen sujeto identificable y siempre van en tercera persona del singular. Las encuentras con verbos del tiempo ("llueve", "hace frío"), con el verbo haber ("hay problemas") o en construcciones como "se dice que...".
¡Ojo! No confundas las impersonales con las que simplemente omiten el sujeto. En "Llegamos tarde" sabes quién llega, pero en "Llueve mucho" no hay nadie realizando la acción.