El Modernismo: escapar hacia la belleza
Los modernistas decidieron que si la realidad era tan fea, ellos crearían mundos de belleza pura. Surgió hacia 1880 y se extendió hasta la Primera Guerra Mundial, convirtiéndose en una auténtica revolución estética.
Su obsesión era el culto a la belleza y el refinamiento. Odiaban la vulgaridad burguesa, así que se refugiaron en temas como la melancolía, las pasiones irracionales, el erotismo y mundos exóticos llenos de princesas y palacios. París se convirtió en su ciudad soñada.
En cuanto al lenguaje, lo tenían clarísimo: cuanto más elaborado, mejor. Usaban cultismos, neologismos y una adjetivación exagerada. Buscaban que sus versos sonaran como música, recuperando metros antiguos como el alejandrino y experimentando con rimas agudas.
Rubén Darío fue el maestro absoluto que trajo el modernismo desde América. Sus obras como Azul y Prosas profanas marcaron el camino que siguieron después Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez en sus primeras etapas.
💡 Truco para el examen: Si ves muchos adjetivos, referencias a colores y sonidos, y ambientes exóticos, ¡es modernismo seguro!