Los Registros: Adaptarse a Cada Momento
Dominar una lengua no es solo conocer gramática, sino saber cuándo usar cada registro. Es como elegir la ropa adecuada para cada ocasión: no vas igual vestido a una boda que a la playa.
Los registros informales son tu zona de confort. Hablas rápido, usas gestos, repites palabras, metes muletillas ("o sea", "tío") y hasta insultos cariñosos. El argot juvenil cambia constantemente: las palabras que usabas hace dos años ya suenan anticuadas.
En los registros formales cuidas más la lengua. Usas una dicción clara, evitas las muletillas y empleas un vocabulario más variado. Aquí entran los tecnicismos (palabras específicas de cada campo) y los cultismos (palabras que vienen directas del latín sin evolucionar mucho, como "dígito").
Los neologismos son palabras nuevas que aparecen constantemente, especialmente por la tecnología. Fundéu elige cada año una "palabra del año" que marca tendencia. Algunos neologismos se crean en español (como "tapear") y otros vienen de fuera (como "twerking").
Dato curioso: La norma panhispánica es el modelo que seguimos todos los hispanohablantes para mantener unido nuestro idioma, respetando las diferencias locales.