Figuras Retóricas: Las Herramientas del Escritor
¿Alguna vez te has preguntado por qué ciertos textos te emocionan más que otros? La respuesta está en las figuras retóricas, esos trucos del lenguaje que hacen que las palabras cobren vida.
Las figuras de comparación son súper comunes. La metáfora conecta dos cosas parecidas (como "blancas perlas" para los dientes), mientras que la metonimia relaciona elementos cercanos (decir "una copa" cuando hablamos de alcohol). El símil es más directo y usa "como" para comparar.
Las figuras de repetición crean ritmo y énfasis. La anáfora repite palabras al inicio ("lucharemos por... lucharemos por..."), la aliteración juega con sonidos parecidos, y el polisíndeton repite conjunciones ("y sueña, y ama, y vibra").
¡Truco! Para recordar la hipérbole, piensa en cuando dices "me muero de hambre": ¡es pura exageración!
Otras figuras importantes incluyen la personificación (dar vida a objetos), la hipérbole (exagerar), el hipérbaton (cambiar el orden de las palabras) y la antítesis (oponer ideas contrarias).