La comunicación verbal y no verbal son elementos fundamentales en la interacción humana que trabajan en conjunto para transmitir mensajes efectivos.
La comunicación verbal se refiere al uso del lenguaje hablado o escrito para expresar ideas, pensamientos y emociones. Esta incluye aspectos como la entonación, el volumen, la velocidad y las pausas al hablar. Los niveles de la lengua se dividen principalmente en culto, estándar, coloquial y vulgar, cada uno adaptándose a diferentes contextos sociales y situaciones comunicativas. El nivel estándar de la lengua es el más utilizado en contextos formales y educativos, mientras que el nivel medio de la lengua se emplea en situaciones cotidianas.
Los tipos de comunicación no verbal abarcan elementos como gestos, expresiones faciales, postura corporal y distancia interpersonal. Entre los 10 ejemplos de comunicación no verbal más significativos encontramos el contacto visual, los movimientos de las manos, la postura, las expresiones faciales y el tono de voz. Las funciones del lenguaje juegan un papel crucial en cómo transmitimos información, siendo las más importantes la función representativa del lenguaje, la expresiva, la apelativa, la fática, la metalingüística y la poética. Los niveles del lenguaje fonológico, morfosintáctico, semántico y pragmático trabajan en conjunto para crear un sistema de comunicación completo y efectivo. Estos niveles permiten analizar desde los sonidos del habla hasta el significado contextual de las palabras y oraciones.