Protocolos de Limpieza Hospitalaria
La limpieza hospitalaria va mucho más allá de lo que haces en casa: su objetivo principal es eliminar toda la suciedad para evitar que aparezcan microorganismos peligrosos. No es solo cuestión de que todo brille, sino de salvar vidas.
Existen dos tipos principales según el momento: la limpieza rutinaria (que se hace todos los días) y la limpieza terminal (cuando un paciente recibe el alta y se va). Cada una tiene sus propias exigencias y protocolos específicos.
Las zonas del hospital se clasifican según su nivel de riesgo. Las zonas de bajo riesgo incluyen salas de espera y consultas, las de riesgo medio abarcan hospitalizaciones y laboratorios, mientras que las zonas de alto riesgo como UCI y quirófanos requieren protocolos súper estrictos.
Para la limpieza del instrumental médico tienes tres métodos principales: el mecánico (con lavadora, que es el más fiable), los ultrasonidos (usando ondas para limpiar), y el manual (el menos efectivo, pero a veces necesario). El método manual incluye fricción con esponjas, inmersión en agua jabonosa, y loción para materiales eléctricos.
💡 Dato clave: El método mecánico es considerado el más fiable para la limpieza del instrumental médico.