Enlace Covalente
¿Sabías que el agua que bebes y el oxígeno que respiras se mantienen unidos gracias a enlaces covalentes? Este tipo de enlace químico se forma cuando dos no metales deciden compartir electrones en lugar de transferirlos.
En los enlaces covalentes simples, como el F-F, cada átomo aporta un electrón y forman un par compartido. Los enlaces covalentes dobles, como en el O₂, comparten dos pares de electrones. La regla de oro es sencilla: si un átomo aporta 2 electrones, el otro también debe aportar 2.
Los compuestos covalentes moleculares como H₂O, CO₂ o Br₂ forman moléculas reales con propiedades características. A temperatura ambiente pueden ser gases, líquidos o sólidos, pero siempre tienen puntos de fusión y ebullición bajos.
Su solubilidad sigue la regla "polar disuelve polar" y "apolar disuelve apolar". Por ejemplo, el H₂O y NH₃ son polares, mientras que el CO₂ es apolar. Además, no conducen la electricidad porque no tienen iones libres.
Los compuestos covalentes reticulares como el SiO₂ o el carbono (grafito y diamante) son diferentes: forman redes tridimensionales enormes. Son sólidos a temperatura ambiente, tienen puntos de fusión altísimos y no se disuelven. El grafito es la excepción que conduce electricidad por su estructura en láminas.
Recuerda: Para representar enlaces covalentes usamos estructuras de Lewis, nunca la notación iónica como Na⁺Cl⁻.