Sales minerales: los reguladores silenciosos
Las sales minerales pueden estar en forma sólida formando estructuras como huesos y caparazones, o disueltas como iones en tus fluidos corporales. Aunque representen un pequeño porcentaje, son fundamentales para tu supervivencia.
Su función más importante es regular el equilibrio osmótico. Cuando hay diferentes concentraciones de sales a ambos lados de una membrana celular, el agua se mueve para equilibrarlas. Si entra demasiada agua, la célula se hincha (turgencia); si sale demasiada, se encoge (plasmólisis).
Las sales también regulan el pH de tu sangre y células mediante sistemas tampón que actúan como esponjas de acidez. El sistema bicarbonato funciona en tu sangre, mientras que el sistema fosfato trabaja dentro de tus células.
La diálisis es un proceso relacionado donde además del agua, pueden pasar moléculas pequeñas a través de membranas semipermeables, siempre desde donde hay más concentración hacia donde hay menos.
En tu cuerpo: El hierro se une a la hemoglobina para transportar oxígeno, el magnesio forma parte de la clorofila en las plantas, y el cobalto es esencial en la vitamina B₁₂.