Metamorfismo y sus factores
El metamorfismo es el proceso que transforma las rocas existentes mediante cambios de presión y temperatura, pero sin derretirlas completamente. Es como cocinar a fuego lento durante millones de años.
Los factores metamórficos principales son tres. La temperatura aumenta un grado cada 33 metros de profundidad y puede alcanzar entre 200-800°C, lo que acelera las reacciones químicas. La presión actúa de dos formas: la litostática (por el peso de las rocas superiores) compacta los materiales, mientras que la tectónica (por el choque de placas) pliega y deforma las rocas.
Los fluidos como el agua y el CO₂ son como catalizadores que facilitan las transformaciones químicas. Sin ellos, muchas reacciones serían imposibles.
Durante el metamorfismo ocurren cambios físicos evidentes: cambia el color por nuevos minerales, aumenta la densidad al desaparecer los poros, se forman cristales más grandes (blastesis), y las rocas se vuelven más resistentes y menos frágiles.
¡Dato curioso! La estructura laminar se forma cuando los cristales planos como las micas se alinean como cartas en una baraja, creando esa textura en capas tan característica.