Polisacáridos: Los Gigantes de los Glúcidos
Los polisacáridos son como cadenas enormes formadas por cientos o miles de monosacáridos unidos. No tienen sabor dulce y son insolubles en agua, lo que los hace perfectos para sus funciones específicas.
Los polisacáridos de reserva almacenan energía de forma eficiente. El almidón es la despensa de las plantas, compuesto por amilosa (20%) y amilopectina (80%). La amilopectina tiene ramificaciones que la amilosa no tiene, como un árbol con muchas ramas. El glucógeno es tu reserva personal de energía, almacenado en músculos e hígado, con más ramificaciones que el almidón.
Los polisacáridos estructurales forman esqueletos resistentes. La celulosa forma las paredes celulares vegetales con enlaces β(1→4) muy fuertes. La quitina protege a insectos y crustáceos como una armadura natural. Ambos son tan resistentes que solo ciertos microorganismos pueden degradarlos.
Los heteropolisacáridos combinan diferentes monosacáridos y forman estructuras como la hemicelulosa o el ácido hialurónico de tus articulaciones.
Truco de memoria: Almidón = plantas, glucógeno = animales, celulosa = pared vegetal, quitina = caparazón.