Las Cinco Grandes Pruebas de la Evolución
Las pruebas anatómicas te muestran órganos homólogos (mismo origen, como el brazo humano y el ala de murciélago) y análogos (diferente origen, misma función, como las alas de aves e insectos). Los órganos vestigiales, como tu apéndice, son "recuerdos" de funciones perdidas.
Las pruebas embriológicas revelan que embriones de especies muy diferentes se parecen muchísimo al principio. ¡Tu embrión tuvo hendiduras branquiales como un pez!
Las pruebas paleontológicas son las más espectaculares: series evolutivas completas como la del caballo, y fósiles vivientes que han cambiado muy poco en millones de años.
Las pruebas biogeográficas explican por qué las islas tienen especies únicas pero relacionadas con las del continente cercano. Las pruebas bioquímicas confirman parentescos: cuanto más parecido es el ADN, más cercano es el parentesco evolutivo.
🧬 Clave para el examen: Cada tipo de prueba aporta evidencia diferente, pero todas apuntan a la misma conclusión: la evolución existe.