Estructura de la Célula Animal
La célula animal está envuelta por una membrana plasmática que la delimita y controla el intercambio de nutrientes con el exterior. Esta membrana está compuesta por una doble capa de lípidos con proteínas incrustadas que facilitan sus funciones.
En el centro de la célula se encuentra el núcleo, un compartimento de gran tamaño rodeado por una membrana nuclear. Aquí se almacena el material genético que controla el funcionamiento celular y contiene la información hereditaria que pasará a las células hijas.
El citoplasma es el líquido acuoso donde flotan los orgánulos. Entre ellos destacan las mitocondrias, verdaderas centrales energéticas que proporcionan la energía necesaria para todas las funciones celulares. Los ribosomas se encargan de la síntesis de proteínas y pueden encontrarse libres o adheridos al retículo endoplasmático.
💡 ¿Sabías que? Una sola célula puede contener miles de mitocondrias, dependiendo de sus necesidades energéticas. Las células musculares, por ejemplo, tienen muchas más mitocondrias que otras células porque necesitan más energía.
El retículo endoplasmático forma una red de sacos membranosos con dos variedades: el rugoso (con ribosomas) que sintetiza proteínas, y el liso que produce lípidos. El aparato de Golgi se encarga de modificar, empaquetar y transportar estas proteínas hacia su destino final.
Para mantener su forma y facilitar el movimiento interno, la célula cuenta con un citoesqueleto formado por filamentos y microtúbulos. Algunas células poseen cilios y flagelos en su superficie que les permiten moverse o mover sustancias a su alrededor.
Otros componentes importantes incluyen los lisosomas, vesículas que contienen enzimas digestivas para descomponer materiales; las vacuolas que almacenan agua y sustancias de reserva; los centriolos que participan en la división celular; y los proteasomas que eliminan proteínas dañadas o innecesarias.