Flujos de energía y relaciones entre especies
A diferencia de la materia, la energía no puede reciclarse. Fluye en una sola dirección y se va perdiendo como calor en cada paso de la cadena alimentaria. Por eso necesitamos constantemente la radiación solar.
La biomasa es simplemente la cantidad de materia viva en un área determinada. La producción bruta es toda la materia que produce un nivel, pero parte se gasta en respiración, así que la producción neta es lo que realmente queda disponible PN=PB−R.
Dato curioso: Solo el 10% de la energía pasa de un nivel trófico al siguiente. El resto se pierde como calor o se usa en procesos vitales.
Las especies no viven aisladas, sino que establecen diferentes tipos de relaciones. Algunas son beneficiosas para ambas como el mutualismo (búfalos y garcillas), otras implican dependencia total como la simbiosis (líquenes). También existen relaciones donde una especie se beneficia y otra sale perjudicada, como la depredación o el parasitismo.
La diversidad se mide en tres niveles: genética (variaciones dentro de cada especie), taxonómica (variedad de especies) y de ecosistemas (diferentes tipos de hábitats). Esta diversidad es clave para la estabilidad de los ecosistemas, ya que cuanta mayor variedad haya, más resistentes serán a los cambios.