Bordes convergentes: donde las placas chocan
Los bordes convergentes son los lugares más dramáticos y geológicamente activos de la Tierra, donde las placas chocan en batallas épicas que duran millones de años.
En la convergencia oceánica-continental, la placa oceánica más densa se hunde bajo la continental, creando una fosa oceánica profunda. El rozamiento y calentamiento de la placa descendente genera terremotos y vulcanismo explosivo, formando cordilleras volcánicas como los Andes.
La convergencia oceánica-oceánica produce arcos de islas volcánicas como Japón o Filipinas. Una placa oceánica subduce bajo otra, y el magma generado forma cadenas de islas volcánicas paralelas a la fosa.
¡Zona de máxima actividad! Las zonas de subducción concentran los terremotos más profundos y potentes del planeta, además del vulcanismo más explosivo y peligroso.
La colisión continental ocurre cuando dos continentes chocan frontalmente. Como ambos son ligeros y no pueden subducir, se arrugan y elevan formando cordilleras de colisión como el Himalaya. Estos choques continentales producen las montañas más altas del mundo.
Los bordes pasivos o fallas transformantes conectan otros límites de placa. Aunque no crean ni destruyen litosfera, generan terremotos intensos por el roce lateral entre placas, como en la famosa falla de San Andrés en California.