Literatura Valenciana: La Poesía Trovadoresca
En el norte de la península floreció algo mágico: la poesía trovadoresca. Mientras que en el centro y sur se desarrollaba una impresionante tradición poética en árabe, en Occitania (la actual Provenza) nació un movimiento que revolucionaría toda la literatura europea.
Los trovadores y trovairitz (las mujeres trovadoras) componían poemas con melodía porque estaban pensados para ser cantados con música. No era solo poesía, era todo un espectáculo. Los nobles catalanes se enamoraron tanto de este estilo que escribían en occitano en lugar de catalán.
En 1393 se celebraron los primeros Jocs Florals, un festival poético inspirado en el modelo de Tolosa. Entre los trovadores más importantes destacan Guillem de Poitiers (considerado el primero), Bernat de Ventadorn (el más importante) y Beatriz, la Condesa de Dia (una de las pocas trovairitz que conocemos).
El tema central era el amor cortés, un reflejo del mundo feudal donde el amante se comportaba como un vasallo ante su dama. La cansó era el género más importante, y usaban el senhal (nombre secreto) para evitar decir el nombre real de la amada.
Curiosidad: Esta poesía trovadoresca influyó en toda la literatura europea posterior, ¡incluyendo a autores como Dante!