Las crónicas medievales: características y objetivos
Las crónicas medievales catalanas surgieron en un contexto multilingüe donde el latín, el catalán y el aragonés convivían en la Cancillería Real. Estos textos historiográficos tenían dos objetivos fundamentales: fomentar la identidad nacional y legitimar a los gobernantes.
Antes de las crónicas existieron las canciones de gesta, poemas narrativos donde los reyes y señores aparecían como héroes adornados con virtudes caballerescas y religiosas. Lamentablemente, no conservamos ejemplos completos en catalán de este género.
Las crónicas medievales catalanas se caracterizan por narrar la época contemporánea o inmediata de sus autores, por su valor como documentos históricos y por su clara voluntad literaria. Utilizan recursos como la inclusión de diálogos, recreación vívida de escenas, ritmo narrativo ágil y un tono realista y subjetivo. Están escritas en la lengua de la Cancillería Real, una koiné muy uniforme y unificada.
Entre las cuatro grandes crónicas catalanas destaca el Llibre dels Feits (1244-1264), escrita por el propio rey Jaume I. Se trata de la única autobiografía real conservada de toda la Edad Media europea. Su estilo se caracteriza por el uso del plural mayestático, una prosa viva con diálogos en estilo directo y un lenguaje popular. La segunda gran crónica, atribuida a Bernat Desclot, narra el reinado de Pere II el Gran con un estilo más impersonal y "objetivo".
💡 Recuerda: Estas crónicas no solo son documentos históricos, sino verdaderas obras literarias que utilizaban técnicas narrativas avanzadas para su época, como diálogos, descripciones detalladas y un ritmo ágil que las hacía atractivas para sus receptores.