Los Estadios del Enamoramiento
El amor cortés seguía cuatro estadios progresivos que todo trovador debía respetar. El fenhedor era el estadio inicial: el trovador tímido sentía amor pero no se atrevía a confesarlo, viviendo en silenciosa adoración.
En el estadio pregador, el trovador finalmente se declaraba a través de composiciones poéticas. Si la dama se interesaba, le otorgaba un guardón o penyora (prenda), sellando oficialmente el pacto amoroso y estableciendo el senhal (nombre en clave) para mantener la discreción.
El entenedor representaba la prosperidad de la relación, aunque sin contacto físico. Finalmente, el drutz era el estadio íntimo donde mantenían relaciones, inspirando la composición de albes que lamentaban las separaciones matutinas.
Código de conducta: Cada estadio tenía sus reglas específicas, creando un ritual amoroso que podía durar años antes de llegar a la intimidad.