Neologismos y préstamos lingüísticos
Los neologismos son palabras nuevas que enriquecen nuestro vocabulario. Se crean siguiendo reglas específicas como la derivación, composición, habilitación, sintagmación, siglación o truncación. ¿Has oído hablar de "nomofobia" o "youtubero"? Son ejemplos perfectos de neologismos.
También existen los neologismos semánticos, que son palabras comunes que adquieren un significado especializado. Por ejemplo, "virus" puede referirse tanto a algo médico como informático.
Los préstamos lingüísticos (manlleus) son palabras que tomamos de otros idiomas. Pueden ser adaptados, que se escriben normalmente como "fútbol" o "estrés", o no adaptados, que se escriben en cursiva como "software" o "influencer".
💡 ¡Ojo! No confundas los préstamos con los barbarismos, que son palabras extranjeras que usamos aunque ya tenemos una equivalente en nuestra lengua, como decir "smartphone" en lugar de "teléfono móvil".