El Relieve Volcánico de las Islas Canarias
El archipiélago canario presenta una extraordinaria diversidad de formaciones volcánicas que han modelado su paisaje a lo largo de millones de años. Estas estructuras geológicas son el resultado de intensos procesos volcánicos y erosivos que han dado lugar a un relieve único y espectacular.
Los conos volcánicos constituyen uno de los elementos más característicos del paisaje canario. Estas montañas cónicas se forman por la acumulación progresiva de materiales volcánicos alrededor de la chimenea del volcán. El ejemplo más emblemático es el Teide, que con sus 3.718 metros de altura no solo es el pico más alto de Canarias sino de todo el territorio español.
Las calderas representan otra formación volcánica distintiva del archipiélago. Estas enormes depresiones circulares se originan por el colapso o explosión de las cámaras magmáticas de los volcanes. Las coladas de lava, al solidificarse, crean los característicos "malpaíses", terrenos extremadamente abruptos y difíciles de transitar que son testimonio de la actividad volcánica reciente.
Definición: Los diques y roques son formaciones resultantes de la erosión diferencial. Los diques se forman cuando el magma se solidifica en grietas, mientras que los roques o pitones son el resultado de la erosión del material que rodeaba al conducto central del volcán.
El modelado erosivo ha creado formas características como los barrancos, valles profundos y escarpados formados por la acción erosiva de las aguas torrenciales sobre el terreno volcánico. En las desembocaduras de estos barrancos se forman los conos de deyección, acumulaciones de sedimentos que crean formas triangulares características.