El núcleo celular es el centro de control de las células eucariotas que contiene y protege el material genético.
La estructura del núcleo celular eucariota está compuesta por varios elementos fundamentales. En primer lugar, encontramos la envoltura nuclear, una doble membrana que separa el contenido nuclear del citoplasma y regula el intercambio de sustancias a través de los poros nucleares. Esta envoltura cumple una función esencial al mantener un ambiente controlado para el ADN y las proteínas nucleares. En el interior del núcleo se encuentra la cromatina, que es el ADN asociado a proteínas, y el nucleolo, donde se fabrican los ribosomas.
Las diferencias entre eucromatina y heterocromatina son cruciales para entender cómo funciona el material genético. La eucromatina es la forma más relajada y activa del ADN, permitiendo la transcripción de genes y la síntesis de proteínas. Por otro lado, la heterocromatina está más compactada y generalmente inactiva, lo que impide el acceso a la maquinaria de transcripción. Esta organización permite a la célula regular qué genes se expresan en cada momento. El nucleoplasma, que es el líquido que llena el núcleo, proporciona el medio adecuado para que ocurran todas las reacciones nucleares y contiene importantes proteínas y enzimas necesarias para la replicación y transcripción del ADN.
La lámina nuclear, una red de filamentos proteicos situada bajo la envoltura nuclear, proporciona soporte estructural y ayuda a organizar la cromatina. Los poros nucleares son complejos proteicos que atraviesan la envoltura nuclear y actúan como puertas selectivas, permitiendo el paso controlado de moléculas entre el núcleo y el citoplasma. Esta regulación del transporte es fundamental para coordinar los procesos celulares y mantener la integridad del material genético.