Control de Calidad: Garantizando la Excelencia
El control de calidad es tu seguro de vida como consumidor. Las empresas verifican que todo funcione perfectamente antes de vendértelo.
Existen tres momentos clave para el control: al inicio (revisando materiales), durante la fabricación (supervisando cada paso) y al final (examen final antes del empaquetado). Los errores pueden costar fortunas, por eso los trabajadores necesitan formación constante y las máquinas revisiones periódicas.
Las herramientas de medición son súper precisas: calibres pasa-no pasa para medidas exactas, calibradores para interiores y exteriores, micrómetros para máxima precisión, y láser para distancias y simetría.
Las empresas pueden controlar todos los productos (costoso pero seguro) o usar muestras aleatorias (más económico pero arriesgado). La elección depende de qué tan grave sería un fallo en el producto final.
Realidad empresarial: Una sola pieza defectuosa puede obligar a retirar miles de productos del mercado, costando millones de euros.