Materiales, Propiedades y Tratamientos
Los aceros son aleaciones de hierro con carbono donde este no supera el 1,76%. Si el contenido de carbono está entre 1,76% y 6,69%, hablamos de fundiciones. Estos materiales tienen propiedades mecánicas específicas como dureza (resistencia a ser rayados), tenacidad (resistencia a golpes) y resistencia mecánica (capacidad para soportar fuerzas sin deformarse).
Las propiedades físico-químicas también son decisivas: resistencia eléctrica (R), conductividad térmica, dilatación térmica, densidad y comportamiento magnético. Estas propiedades se pueden modificar mediante diferentes tratamientos. Los materiales se someten a ensayos para estudiar cómo reaccionan ante diferentes condiciones, como los de tracción, dureza y resiliencia.
Para mejorar las propiedades de los metales, existen diversos tratamientos térmicos. El temple aumenta la dureza pero vuelve el material más frágil; el revenido reduce esta fragilidad; el normalizado devuelve el acero a su estado normal; y el recocido elimina tensiones internas. Los tratamientos termoquímicos modifican la composición química de la superficie para mejorar la resistencia al desgaste y la corrosión.
💡 ¡Recuerda! Cada tratamiento tiene un propósito específico: si necesitas dureza, piensa en temple; si buscas eliminar tensiones, el recocido es tu mejor opción. Conocer cuándo aplicar cada uno te permitirá resolver problemas reales de ingeniería.
El impacto ambiental de los materiales varía significativamente. Los metales son reciclables aunque su extracción causa impacto paisajístico; las cerámicas consumen mucha energía en su cocción; los plásticos no son biodegradables; y la madera implica deforestación. La elección de materiales implica considerar tanto sus propiedades como su huella ambiental.