Fundamentos del Enlace Químico
¿Te has preguntado alguna vez por qué los átomos se "juntan" para formar compuestos? La clave está en que buscan estabilidad energética, como cuando tú buscas la posición más cómoda para dormir.
La famosa regla del octeto es súper sencilla: los átomos quieren tener ocho electrones en su última capa (como los gases nobles) porque así son más estables. El hidrógeno es la excepción - solo necesita dos electrones porque es más pequeñito.
Hay tres formas principales de conseguir esta estabilidad: transferir electrones (enlace iónico), compartir electrones (enlace covalente), o crear un "mar de electrones" (enlace metálico). La diferencia está en cómo de fuerte cada núcleo "tira" de los electrones.
💡 Dato curioso: Cuando se forma un enlace, siempre se libera energía, por eso los compuestos son más estables que los átomos sueltos.
Enlace Iónico: Transferencia de Electrones
El enlace iónico es como un intercambio: un átomo le regala electrones a otro. El que los pierde se convierte en catión (+) y el que los gana en anión (-). Como tienen cargas opuestas, se atraen como imanes.
Esta transferencia ocurre entre elementos muy diferentes en electronegatividad - típicamente metales con no metales. Los iones no flotan solos, sino que forman redes cristalinas, como una estructura tridimensional ordenada.
Lo importante es que no existen moléculas individuales en los compuestos iónicos. La fórmula que escribimos (como NaCl) solo nos dice la proporción de cada tipo de ion para mantener la neutralidad eléctrica.
El ciclo de Born-Haber nos ayuda a entender por qué se forman estos compuestos: aunque cuesta energía quitar y añadir electrones, al final se libera mucha más energía cuando se forma el cristal.