Gestión avanzada y situaciones especiales
Manejar una centralita telefónica es todo un arte. Tienes que averiguar el motivo de cada llamada, identificar a la persona más adecuada para atenderla y decidir si transferirla o no. Es como ser un detective telefónico.
Las quejas telefónicas siguen la misma estructura de cuatro pasos: presentación, desarrollo, conclusión y despedida. Lo importante es mantener la calma y escuchar activamente.
Te vas a encontrar con clientes difíciles: el engreído, el desconfiado, el indeciso, el grosero, el hablador, el insatisfecho y el agresivo. Cada uno requiere una estrategia diferente, pero siempre con paciencia y profesionalidad.
💡 Estrategia: Con clientes agresivos, deja que se desahoguen primero. Después será más fácil encontrar una solución.
Para la recogida de mensajes, apunta siempre: nombre, empresa, teléfono, motivo de la llamada, fecha, hora y quién recibe el mensaje.