Dimensión Institucional y Libertad de Empresa
La dimensión institucional convierte a la empresa en algo más que un negocio: es una institución social. Por su influencia en la sociedad, podemos exigir comportamientos éticos y el Estado premia las conductas responsables.
Surge así la responsabilidad social corporativa. En países como Alemania, desde los años 70 los trabajadores pueden participar en decisiones importantes de la empresa (fusiones, cierres...). La UE garantiza a los trabajadores acceso a información, protección y hasta participación en beneficios.
La libertad de empresa es fundamental en nuestro sistema. Significa que cualquier mayor de edad puede ejercer actividad mercantil, competir, fijar precios, hacer marketing... pero también puedes ser expulsado del mercado por la competencia.
Los aspectos positivos incluyen: libertad para ejercer actividad comercial, atraer clientela, competir, promocionarse y fijar precios según oferta y demanda. El riesgo es que otras empresas pueden sacarte del mercado por medios lícitos.
Sin mercado no hay empresas. El mercado funciona gracias a la propiedad privada, libertad de elección profesional, derecho a crear sociedades y libre asociación. Todo esto dentro de un sistema de economía social de mercado que garantiza que las actividades converjan en algo socialmente beneficioso.
💡 Protección al consumidor: La ley define como consumidor a quien adquiere productos como "destinatario final". Los empresarios normalmente no están protegidos por esta normativa porque tienen sus propias reglas de protección.