El Sexenio Democrático: Seis Años de Locura
La Revolución Gloriosa de 1868 fue perfecta: crisis económica (algodón, ferrocarriles, malas cosechas), crisis política (autoritarismo, camarillas) y descontento social. El pronunciamiento de Topete, Prim y Serrano en septiembre triunfó en la batalla de Alcolea.
La Constitución de 1869 fue la más avanzada del siglo: sufragio universal masculino, Estado aconfesional, amplios derechos y libertades. Pero los problemas se acumularon: oposición de republicanos y carlistas, guerra de Cuba y inestabilidad económica.
Amadeo I de Saboya (1871-1873) lo tuvo imposible desde el principio. El asesinato de Prim, su principal valedor, le dejó sin apoyos. Los españoles no aceptaban a un rey extranjero y los cambios de gobierno eran constantes.
En febrero de 1873, Amadeo renunció al trono harto de la situación. Las Cortes, desesperadas, proclamaron la Primera República como salida de emergencia.
Irónicamente: La República se proclamó en unas Cortes que eran monárquicas. Fue una "revolución desde arriba" por pura necesidad.