La pintura románica: escuelas catalana y castellano-aragonesa
La pintura románica aprovecha los amplios muros sin ventanas de las iglesias. Usa técnicas entre fresco y temple, con colores intensos (ocres, rojizos, amarillos) y sin innovaciones iconográficas.
Las características técnicas incluyen figuras frontales inspiradas en Bizancio, armonía cromática de opuestos azul−amarillo,rojo−verde, línea negra gruesa para perfilar y fondos planos sin perspectiva. La jerarquía es clara: temas divinos en ábsides, intermediarios (profetas, apóstoles) más abajo, y mundo terrenal en el registro inferior.
La escuela catalana muestra influencia italo-bizantina. Los frescos de San Clemente y Santa María de Tahull (valle del Bohí) destacan por geometrización del rostro, hieratismo, vestimentas lujosas y colorido suntuoso con azules y grises predominantes.
> La escuela castellano-aragonesa tiene influencia francesa por el Camino de Santiago.
La escuela castellano-aragonesa se ve en el Panteón Real de San Isidoro (1157-1188). El estilo francés aporta gran naturalismo, espontaneidad, gamas cromáticas de ocres y grises, falta de frontalidad y mayor cercanía con el espectador. Es menos hierático que el catalán, más humano y expresivo.