La Casa de Bernarda Alba: Obra y contexto
Federico García Lorca escribió "La Casa de Bernarda Alba" en un momento de tensión política en España, justo antes de la Guerra Civil. La sociedad estaba dividida entre conservadores monárquicos y revolucionarios republicanos, contexto que se refleja sutilmente en la obra. Lorca formaba parte de la Generación del 27, un grupo que combinaba la tradición clásica con las vanguardias literarias.
La obra está estructurada en tres actos y tiene una trayectoria circular, pues comienza con la muerte del marido de Bernarda y termina con el suicidio de su hija Adela. Esta estructura refuerza la idea de un destino inevitable y trágico. El simbolismo es fundamental: el agua estancada, los colores que van del blanco al oscuro representando el paso de la pureza a la muerte, y el bastón de Bernarda como símbolo de autoridad que Adela rompe en un acto de rebeldía.
El lenguaje está cargado de elementos formales como hipérboles y metáforas. Destacan diferentes funciones del lenguaje como la apelativa en el habla cortante de Bernarda y la emotiva en las expresiones apasionadas de Adela. El río y el pozo funcionan como símbolos contrastantes de libertad y aislamiento respectivamente, reflejando las dos visiones de vida presentes en la obra.
💡 Consejo de estudio: Al analizar la obra, busca paralelismos entre la represión ejercida por Bernarda y el contexto sociopolítico de la España pre-Guerra Civil. Esto te ayudará a comprender la profundidad crítica del texto.
Lo más destacable de esta obra son los numerosos simbolismos que Lorca utiliza para transmitir mensajes más profundos relacionados con la época. La represión ejercida por Bernarda puede interpretarse como una crítica a la represión política y social en España, incluyendo la discriminación hacia personas homosexuales como el propio Lorca. A través de esta obra, el autor muestra cómo la falta de libertad y el exceso de represión conducen a la tragedia y la desesperación.