Novecentismo y Vanguardias: Arte y Revolución
En la segunda década del siglo XX surgió el Novecentismo o "Generación del 14", formado por intelectuales liberales que querían modernizar España y acercarla a Europa. Estos escritores ya no eran bohemios marginales, sino profesionales con formación universitaria que participaban activamente en política y fundaban instituciones educativas.
Los novecentistas se caracterizaban por su intelectualismo (análisis frío y objetivo), antirromanticismo (rechazo de lo sentimental), europeísmo (crítica al tradicionalismo) y defensa del "arte puro". Según Ortega y Gasset, el arte debía proporcionar placer estético sin servir de vehículo para emociones o mensajes políticos.
Paralelamente surgieron las Vanguardias europeas, movimientos que rompían radicalmente con las tradiciones del siglo XIX. Defendían lo irracional, apostaban por el mundo moderno y buscaban nuevas formas de expresión artística, resultando en un arte minoritario y hermético.
Imprescindible: El Surrealismo fue la vanguardia más importante, liderada por André Breton, que exploró el subconsciente y los sueños usando técnicas como la escritura automática.
Los principales movimientos fueron: Expresionismo (deformación de la realidad para expresar emociones), Futurismo (exaltación de las máquinas y rechazo del pasado), Cubismo (fragmentación de la realidad), Dadaísmo (negación total y destrucción del arte tradicional) y Surrealismo (exploración del subconsciente).
En España destacaron el Creacionismo de Vicente Huidobro (crear nuevas realidades en lugar de imitar la naturaleza) y el Ultraísmo iniciado por Cansinos Asséns, que fusionó elementos de varias vanguardias europeas y solo veneraba a Góngora como poeta puro.