Fin de Siglo: Modernismo y Generación del 98
A finales del siglo XIX, la literatura española experimenta una revolución estética y temática. El desastre de 1898 (pérdida de las colonias) marca profundamente a los intelectuales españoles, que buscan nuevas formas de expresión artística.
El Modernismo (1885-1915) representa una ruptura total con el Realismo. Los modernistas buscan la belleza por encima de todo, inspirándose en el arte por el arte francés. Temas como el escapismo, el cosmopolitismo y la sensualidad dominan sus obras. Rubén Darío, el nicaragüense fundador del movimiento, influye decisivamente en España con Azul.
La Generación del 98 adapta las innovaciones modernistas al problema español. Unamuno reflexiona sobre la muerte en Niebla, Azorín describe el paisaje castellano en Castilla, y Baroja retrata el dinamismo urbano en La busca. Antonio Machado evoluciona del simbolismo modernista de Soledades hacia la preocupación española de Campos de Castilla.
El teatro anterior a 1936 se divide entre lo comercial y lo innovador. Mientras Benavente triunfa con Los intereses creados, Valle-Inclán revoluciona la escena con el esperpento en Luces de Bohemia. García Lorca culmina esta renovación teatral con sus tragedias rurales: Bodas de sangre, Yerma y La casa de Bernarda Alba.
💡 Recuerda: Valle-Inclán define el esperpento como ver la realidad española "desde la perspectiva de la otra ribera", deformándola para mostrar su absurdo.