El Naturalismo: Cuando la literatura se vuelve científica
El Naturalismo, creado por el francés Émile Zola, llevó el realismo al extremo. Si el Realismo mostraba la burguesía, el Naturalismo se enfocó en las clases más desfavorecidas y los ambientes más duros de la sociedad.
Este movimiento aplicaba métodos casi científicos a la literatura: observación minuciosa, determinismo materialista (la idea de que el entorno y la herencia determinan nuestro destino) y una objetividad tan radical que el narrador prácticamente desaparece. Los escritores naturalistas creían que podían estudiar a los personajes como si fueran especímenes de laboratorio.
En España, el Naturalismo tuvo menos éxito por chocar con los valores católicos tradicionales. Sin embargo, autores como Vicente Blasco Ibáñez adoptaron claramente este estilo en obras como Cañas y barro, donde describe sin piedad las condiciones inhumanas de los trabajadores del campo.
💡 Recuerda: Aunque Galdós, Clarín y Pardo Bazán incorporaron elementos naturalistas, nunca abandonaron completamente los principios realistas. Es como si hubieran hecho un remix personal de ambos estilos.
La herencia de estos movimientos es enorme: crearon las bases de la novela moderna y nos enseñaron que la literatura puede ser un espejo perfecto de la sociedad.