Capítulo XVI: Iturdiaga y la princesa eslava
Román estrena traje y está de excelente humor, lo que contrasta con el deterioro físico y mental de Gloria. Esta dualidad marca el ambiente familiar: cuando uno está bien, el otro sufre.
Andrea menciona su relación con un viejo mendigo que heredó de tía Angustias. A pesar de su propia miseria, se siente obligada a darle limosna, lo que muestra su naturaleza compasiva pero también su incapacidad para gestionar su situación.
Jaime reaparece pidiendo a Andrea que interceda con Ena. Su mensaje es patético: tiene confianza en ella, no le preguntará nada, pero necesita verla. Es la súplica de un hombre desesperado.
La historia de Iturdiaga sobre su princesa eslava del cabaret resulta ser Ena. Este descubrimiento conecta todos los mundos de Andrea: sus amigos bohemios, su mejor amiga, y su misterioso tío Román.
Momento clave: Andrea sospecha que el acompañante de Ena en el cabaret era Román, confirmando sus peores temores sobre esta relación.