El Realismo y el Naturalismo
El Realismo y el Naturalismo fueron movimientos literarios que dominaron la segunda mitad del siglo XIX, cuando la Revolución Industrial transformaba la sociedad española. La novela se convirtió en el género predominante, ya que permitía representar fielmente la vida cotidiana y la sociedad.
Ambas corrientes compartieron características como el uso del estilo indirecto libre (técnicas para captar la atención del lector mediante exclamaciones o interrogaciones) y la relevancia de la figura femenina en sus obras. Sin embargo, tenían diferencias significativas.
El Realismo se caracterizó por su objetividad y su intención de representar fielmente la realidad. Las obras realistas destacaban por sus descripciones detalladas y su función de crítica social. Entre los autores más importantes encontramos a Fernán Caballero con "La Gaviota" y Benito Pérez Galdós con "Fortunata y Jacinta" y "Electra".
El Naturalismo, por su parte, profundizó en la vertiente psicológica de los personajes y adoptó el determinismo como principio fundamental, considerando que el entorno y las circunstancias condicionan el desarrollo de las personas. Sus protagonistas solían ser individuos marginados o de clases bajas. Los autores más destacados fueron Clarín con "La Regenta" (considerada la mejor novela naturalista española) y Emilia Pardo Bazán con "Los Pozos de Ulloa".
💡 ¡Dato clave! Mientras el Romanticismo idealizaba la realidad, tanto el Realismo como el Naturalismo buscaban mostrarla de forma objetiva, aunque el Naturalismo adoptó una visión más determinista y centrada en los aspectos más crudos de la existencia.
Estos movimientos literarios representaron un cambio significativo respecto al Romanticismo, ofreciendo una visión más objetiva de la realidad y desarrollando personajes influenciados por su contexto y pensamientos, a la vez que exponían una crítica a la sociedad de la época.