Naturalismo, poesía y teatro del siglo XIX
El naturalismo va un paso más allá que el realismo. Creado por Émile Zola en Francia, trata temas más crudos: miseria, alcoholismo, enfermedades mentales y marginación. En España, autores como Emilia Pardo Bazán ("Los pazos de Ulloa") y Vicente Blasco Ibáñez ("La Barraca") adoptaron estas técnicas para mostrar conflictos sociales sin filtros.
La poesía de finales del XIX continúa el legado de Bécquer y Rosalía de Castro, buscando naturalidad y emoción. Aparecen dos corrientes: el prosaísmo didáctico de Campoamor y el retoricismo grandilocuente de Núñez de Arce.
El teatro también se adapta a los nuevos tiempos con tres tendencias claras. La comedia burguesa (Tamayo y Baus), el drama neoromántico de Echegaray (Premio Nobel 1904), y el drama social que retrata a las clases trabajadoras (Joaquín Dicenta). Galdós también escribió teatro innovador como "Electra", rompiendo con el convencionalismo de la época.
Para recordar: Este periodo marca el nacimiento de la literatura moderna española, donde los problemas sociales reales se convierten en el centro de las obras.