Mester de Clerecía y Prosa Medieval
El Mester de Clerecía era como la versión "premium" de la literatura medieval. Estos escritores cultos optaron por una métrica más refinada: la cuaderna vía (versos de 14 sílabas con rima consonante).
Gonzalo de Berceo fue la gran estrella del siglo XIII con sus "Milagros de Nuestra Señora". Sus 25 relatos sobre intervenciones divinas tenían una finalidad claramente didáctica: enseñar cristianismo de forma entretenida y cercana al pueblo.
En el siglo XIV llegó Juan Ruiz, Arcipreste de Hita, con su revolucionario "Libro de Buen Amor". Esta obra es fascinante por su ambigüedad: oficialmente predica el amor divino, pero está llena de aventuras amorosas carnales. Introduce a Trotaconventos, precursora de la famosa Celestina.
La prosa medieval despegó gracias a Alfonso X el Sabio, quien impulsó el castellano como lengua oficial. Aparecieron las colecciones de cuentos orientales y los libros de caballería, origen de nuestras novelas actuales.
Don Juan Manuel cerró esta época con "El Conde Lucanor", una colección de 51 relatos morales con estructura fija: problema, ejemplo, moraleja y aplicación práctica.
Recuerda esto: La diferencia clave entre Juglaría y Clerecía está en la métrica: irregular vs regular, asonante vs consonante, oral vs escrito.