Morfemas derivativos y flexivos
Los morfemas son las piezas más pequeñas de las palabras que tienen significado propio. Piénsalo así: si las palabras fueran como LEGO, los morfemas serían cada una de las piezas individuales que las forman.
Existen dos tipos principales que necesitas conocer: los morfemas flexivos y los derivativos. Los flexivos son como los ajustes que haces a una palabra sin cambiar su esencia - por ejemplo, cuando añades "-s" a "gato" para hacer "gatos". La palabra sigue siendo la misma, solo que ahora hablas de varios en lugar de uno.
Los morfemas derivativos son más creativos: te permiten crear palabras completamente nuevas. Cuando tomas "pan" y le añades "-ero", obtienes "panadero" - ¡has creado una profesión! Es como tener superpoderes lingüísticos.
¡Dato curioso! Algunos morfemas pueden hacer ambos trabajos. El "-s" puede indicar plural (flexivo) pero también posesión en otros idiomas como el inglés.
La clave está en reconocer que los morfemas flexivos mantienen la clase gramatical de la palabra (un sustantivo sigue siendo sustantivo), mientras que los derivativos pueden cambiarla completamente.