El Arcipreste de Hita: Revolución Literaria
Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita, rompe todos los moldes en el siglo XIV. Su Libro de buen amor es como una autobiografía erótica ficticia que mezcla de todo: amor, religión, sátira y mucho humor.
La obra es súper ambigua - oficialmente enseña los peligros del "loco amor" para promover el "buen amor", pero en realidad parece celebrar el amor terrenal. Es como si te dijera "no hagas esto" mientras te enseña exactamente cómo hacerlo.
La estructura es miscelánea: autobiografía del protagonista, fábulas y ejemplos morales, composiciones líricas, la famosa "Batalla de don Carnal y doña Cuaresma", y el episodio de don Melón y doña Endrina (basado en el Pamphilus latino).
El estilo mezcla cuaderna vía con otros metros, usa un vocabulario riquísimo, citas clásicas, refranes populares y mucho humor. Además nos presenta a Trotaconventos, antecesora directa de la Celestina.
Clave del éxito: El Arcipreste domina tanto lo culto como lo popular, creando una obra única que refleja la sociedad medieval de forma realista y divertida.
Prosa Medieval: De las Glosas a Don Juan Manuel
La prosa castellana nace de forma súper humilde con las glosas emilianenses y silenses del siglo X - simples anotaciones en romance al margen de textos latinos que ya no entendían.
Alfonso X el Sabio convierte Toledo en el centro cultural de Europa con su Escuela de Traductores. Sus obras como Las Siete Partidas, La General Estoria y Las Cantigas de Santa María consolidan el castellano como lengua de cultura.
Don Juan Manuel con El Conde Lucanor crea la primera colección de cuentos didácticos con estructura fija: el conde consulta un problema a Patronio → Patronio cuenta un cuento similar → el conde aprende → moraleja final.
La importancia de Don Juan Manuel es brutal: tiene plena conciencia de ser un creador con estilo propio y convierte el castellano en lengua perfecta para la prosa literaria.
Evolución clave: Glosas → Escuela de Traductores → Don Juan Manuel = nacimiento de la prosa castellana.