El contexto del siglo XVIII: cuando España se moderniza
¿Te imaginas vivir en una época donde la ciencia y la razón empezaban a desafiar las creencias tradicionales? Eso es exactamente lo que pasó en el siglo XVIII español con la llegada de la Ilustración.
Este movimiento intelectual apostaba fuerte por el poder de la razón, el espíritu crítico y los estudios científicos. Los ilustrados rechazaban los dogmas religiosos y creían firmemente en el progreso. La Real Academia Española (RAE) y el periodismo ayudaron a difundir estas ideas, aunque la Inquisición seguía poniendo trabas.
Políticamente, Felipe V trajo el despotismo ilustrado tras la Guerra de Sucesión (1700-1714), pero fue con Carlos III cuando la Ilustración alcanzó su máximo esplendor. Los ilustrados trabajaron duro para reducir la distancia entre España y Europa, creando bibliotecas, museos y escuelas técnicas.
¡Dato curioso! Los ilustrados estaban convencidos de que el conocimiento generaba felicidad directamente.
En el arte surge el Neoclasicismo, que seguía reglas racionales y modelos grecolatinos. La literatura neoclásica tenía que ser útil para educar y transformar la sociedad, siempre guiada por la razón.