La Generación del 98: cuando todo cambió
El año 1902 marca un antes y un después en la literatura española. Ese año se publicaron cuatro novelas que rompieron con todo lo anterior: La voluntad de Azorín, Camino de Perfección de Baroja, Sonata de otoño de Valle-Inclán y Amor y pedagogía de Unamuno.
Estos autores, conocidos como la Generación del 98, compartían varias obsesiones. Primero, estaban preocupadísimos por España y veían en Castilla el alma profunda del país. Segundo, criticaban duramente males como el caciquismo, la ignorancia y la abulia nacional.
Lo más revolucionario era su forma de escribir: abandonaron el realismo tradicional para centrarse en la "realidad interior" del ser humano. Sus novelas mezclaban narrativa con filosofía, ensayo y lirismo, creando algo completamente nuevo.
Miguel de Unamuno inventó la "nivola", un tipo de relato centrado en las realidades íntimas sin descripciones externas. Pío Baroja se convirtió en el gran novelista de la generación con obras como El árbol de la ciencia. Valle-Inclán evolucionó del modernismo al esperpento, creando obras maestras como Tirano Banderas.