El Teatro: De la Educación a la Emoción
El teatro dieciochesco se convierte en una herramienta educativa fundamental durante el reinado de Carlos III. Los ilustrados ven en él el medio perfecto para educar al pueblo de forma entretenida.
Las nuevas reglas teatrales son estrictas: respeto de las tres unidades (lugar, tiempo y acción), acciones verosímiles, intención didáctica clara, y separación total entre tragedia y comedia. Todo debe estructurarse en tres actos bien definidos.
Leandro Fernández de Moratín se convierte en el maestro del teatro ilustrado con El sí de las niñas. La obra aborda temas sociales candentes: matrimonios forzados, el papel de la mujer y la educación autoritaria.
La historia de doña Francisca, obligada a casarse con don Diego pese a amar a don Carlos, refleja perfectamente los conflictos de la época. Como buen drama ilustrado, el sentido común y la razón triunfan sobre las imposiciones irracionales.
🎪 Reflexión: El sí de las niñas sigue siendo actual - ¿cuántas veces hemos visto a jóvenes presionados por decisiones familiares que van contra sus sentimientos?