Los pilares del espíritu romántico
El individualismo se convirtió en la bandera de los románticos: el individuo solitario que se rebela contra una sociedad que lo limita y no lo comprende. Esta defensa radical de la libertad individual se extendía a todos los ámbitos, especialmente al arte, que debía basarse únicamente en la inspiración.
Los sentimientos destronaron definitivamente a la razón, y el amor se convirtió en la experiencia más intensa y definitoria de la existencia humana. Cuando este amor fracasaba, nacían la soledad, la melancolía, la desesperación y la angustia que caracterizan la literatura romántica.
La naturaleza y el paisaje funcionaban como espejo perfecto de los sentimientos del protagonista. Ruinas misteriosas, cementerios sombríos y montañas inaccesibles se convirtieron en los escenarios favoritos de estas historias.
Cuando la realidad se volvía insoportable, los románticos optaban por la huida hacia mundos idealizados. En los casos más extremos, cuando no encontraban salida a su sufrimiento, el suicidio aparecía como la única liberación posible.
💡 Importante: Estas características se repiten una y otra vez en toda la literatura romántica europea.