El Modernismo: Arte Puro Como Escape
El modernismo surge a finales del siglo XIX como respuesta a una profunda crisis existencial. España vive el espíritu de fin de siglo marcado por la pérdida de las últimas colonias y la crisis del 98, generando desgana y desesperanza social.
Esta situación provoca características clave: hastío que busca placeres inmediatos, rechazo al presente que impulsa la huida hacia lo exótico y oriental, esteticismo, y decadentismo. Los modernistas encuentran inspiración en movimientos como el prerrafaelismo y el parnasianismo.
El escapismo domina la literatura modernista, creando mundos fantásticos, ambientes aristocráticos y épocas mitológicas. Las obras reflejan sentimientos de tedio y melancolía, pero también la importancia del erotismo y el placer presentados mediante metáforas y símbolos religiosos.
La estética es central: buscan el "crear por crear", una sacralización del arte que tiene como fin último la belleza. Usan símbolos como cisnes y pavos reales, priorizan la musicalidad del lenguaje con aliteraciones y palabras esdrújulas, y emplean un léxico culto y exquisito.
💡 Autores clave: Rubén Darío con Azul (símbolos y evasión) y Delmira Agustini con Los cálices vacíos (erotismo controversial).