Las estructuras naturales y estructuras artificiales son elementos fundamentales que nos rodean en la vida cotidiana. Las estructuras naturales ejemplos incluyen los nidos de pájaros, colmenas, telas de araña, esqueletos y formaciones rocosas, mientras que las estructuras artificiales ejemplos comprenden edificios, puentes, torres y construcciones hechas por el ser humano.
Los tipos de esfuerzos que actúan sobre las estructuras son fundamentales para entender su comportamiento y resistencia. Entre ellos destacan el esfuerzo de tracción, que ocurre cuando una fuerza estira o tensa un material, y el esfuerzo de compresión, que se produce cuando las fuerzas presionan o comprimen un objeto. Las estructuras están sometidas a diferentes tipos de cargas, incluyendo carga estática (peso constante como el de un edificio) y carga dinámica (fuerzas variables como el viento o el tráfico). Las cargas variables son aquellas que cambian en intensidad o dirección con el tiempo, como las producidas por el movimiento de personas en un puente.
La comprensión de las cargas y esfuerzos en las estructuras es esencial para la ingeniería y la arquitectura. Los tipos de estructuras se diseñan considerando estos factores para garantizar su estabilidad y durabilidad. Por ejemplo, un puente debe resistir tanto la carga estática de su propio peso como las cargas dinámicas generadas por los vehículos que lo atraviesan. Las cargas variables ejemplos incluyen el peso de la nieve en un techo, las vibraciones de una máquina o la presión del viento en un rascacielos. Los ingenieros deben considerar todos estos factores al diseñar estructuras seguras y funcionales que puedan soportar diferentes tipos de esfuerzos y cargas a lo largo del tiempo.