Sociedad y Cultura Andalusí
La sociedad andalusí era compleja y diversa. Los baladíes (descendientes de conquistadores) dominaban sobre los muladíes (cristianos conversos). Dentro de los primeros, los árabes eran los privilegiados por proceder de la patria de Mahoma: instruidos, acaparaban los mejores cargos y tierras. Los bereberes del norte de África eran considerados incultos y ocupaban tierras fronterizas pagando impuestos.
Los judíos conservaron sus costumbres y algunos, como Maimónides, sirvieron a los califas. Los mudéjares eran musulmanes en territorio cristiano; los mozárabes, cristianos en territorio musulmán.
La administración era muy eficaz: el califa tenía poder político y religioso, apoyado por visires (ministros). Los walíes gobernaban las 21 coras (provincias) y los caídes dirigían las zonas fronterizas. Existía un eficaz servicio de correos y monedas que circulaban por toda Europa occidental.
La economía era próspera, basada en agricultura (cereal, olivo, cítricos, algodón), ganadería, comercio activo y artesanía de calidad (seda, cuero, marfil, cerámica). Se mejoraron los regadíos romanos con norias y acequias.
La cultura andalusí tuvo dos grandes momentos: con Abderramán III y con los nazaríes. Córdoba, Sevilla, Granada y Toledo fueron sus centros. Se tradujo a autores clásicos, florecieron filosofía (Averroes), medicina, astronomía y poesía. Su arte lujoso y refinado nos legó maravillas como la Mezquita de Córdoba, la Alhambra o la Torre del Oro.
💡 Tolerancia relativa: Aunque hubo períodos de convivencia, la tolerancia religiosa en al-Andalus dependía mucho del momento y del gobernante de turno.