El fin del absolutismo y la cuestión sucesoria
El Trienio Liberal enfrentó la oposición de la monarquía, la nobleza, la iglesia y parte del campesinado. Finalmente, la intervención extranjera de la Santa Alianza con los "Cien Mil Hijos de San Luis" restableció el absolutismo en 1823, dando inicio a la Década Ominosa (1823-1833).
Durante este último periodo absolutista, la represión contra los liberales fue brutal, ejecutando a figuras como Torrijos y Pineda, que se convirtieron en símbolos del liberalismo. Los Realistas, un cuerpo militar voluntario de absolutistas, perseguían a cualquier liberal. Mientras tanto, la pérdida de las colonias americanas agravó la crisis económica.
En 1832, Fernando VII cayó enfermo y, para asegurar la sucesión de su hija Isabel, anuló la Ley Sálica mediante la Pragmática Sanción. Esta ley había impedido reinar a las mujeres, pero con su anulación, Isabel podría ser reina aunque existiese un varón en la línea sucesoria (en este caso, Carlos María Isidro, hermano del rey).
⚔️ La cuestión sucesoria dividió profundamente a España. Los partidarios de Isabel (liberales) y los de Carlos (absolutistas) protagonizarían después las guerras carlistas, prolongando décadas de conflicto civil.