Las Guerras Carlistas y el Nacimiento de los Partidos
¿Te imaginas una guerra civil por decidir quién puede ser rey o reina? Eso es exactamente lo que pasó en España durante el siglo XIX. Fernando VII cambió las reglas de sucesión para que su hija Isabel II pudiera reinar, pero su hermano Carlos y sus seguidores no lo aceptaron.
La Primera Guerra Carlista (1833-1840) dividió España en dos bandos claramente diferenciados. Los carlistas eran tradicionalistas apoyados por la nobleza rural, el clero y campesinos del norte que querían mantener la monarquía absoluta y la religión católica. Por otro lado, los isabelinos eran liberales de las ciudades: burgueses, comerciantes y artesanos que buscaban modernizar el país.
La guerra duró seis años y terminó con el Convenio de Vergara en 1839, donde el general carlista Maroto pactó con Espartero. Sin embargo, algunos carlistas intransigentes siguieron luchando hasta 1840. Esta guerra no solo decidió quién reinaría, sino que enfrentó dos modelos de España completamente opuestos.
💡 Dato clave: Los carlistas lucharon en guerrillas con gran apoyo popular, especialmente en el País Vasco y Navarra, donde defendían sus fueros tradicionales.
Como consecuencia de estos conflictos nacieron los primeros partidos políticos modernos: el Partido Moderado de Narváez (conservador), el Partido Progresista de Espartero (liberal) y más tarde la Unión Liberal de O'Donnell (centrista).