El Bienio Progresista y la Crisis Final
En 1854, el pronunciamiento de Vicálvaro liderado por O'Donnell cambió todo. El Manifiesto de Manzanares expresaba las quejas del pueblo y formó la Unión Liberal, uniendo a progresistas y moderados descontentos durante el Bienio Progresista (1854-1856).
Durante estos dos años se hizo la Desamortización de Madoz (que afectó a bienes civiles y eclesiásticos), se aprobó la Ley de Ferrocarriles que atrajo inversión extranjera, y se implantó el telégrafo. Sin embargo, las crisis de subsistencia y el cólera generaron revueltas que O'Donnell reprimió duramente.
Después vinieron los gobiernos unionistas de O'Donnell (1858-1863), un período de estabilidad relativa con expediciones militares a Cochinchina y Marruecos que dieron prestigio al régimen.
Todo se desmoronó entre 1863-1868 con el autoritarismo de Narváez. La Sublevación de Sargentos del Cuartel de San Gil (1866) y las crisis económicas llevaron al Pacto de Ostende, donde progresistas, unionistas y demócratas decidieron acabar con la monarquía de Isabel II mediante el sufragio universal masculino.
Clave para entender: El Pacto de Ostende fue el acuerdo secreto que preparó la revolución de 1868 y el fin del reinado isabelino.